Incrementar el patrimonio es el sueño de todos, y lograrlo no tiene que ser una tarea tan complicada. Basta con seguir algunas reglas financieras y actuar con la cabeza, más que con el corazón o los impulsos. Para lograrlo y al igual que en otro tipo de inversiones es importante contar con una organización y una asesoría para evitar caer en decisiones que puedan generar el efecto contrario.

Claro, es que si el dinero va a salir de tu bolsillo, es muy importante responderte preguntas como si lo que vas a comprar es completamente necesario, puedes conseguirlo a un mejor precio, va a desbalancear tus gastos del mes, haciendo que gastes más de lo que tienes disponible y si vas a utilizarlo y aprovecharlo, o lo vas a amontonar y olvidar.

Una vez tengas las respuestas, analiza los pros y contras. Y si se trata de una inversión grande, pregúntanos y podremos ayudarte a encontrar la mejor solución. Recuerda que adquirir productos y servicios a la ligera no es una buena estrategia de incrementar tu patrimonio. Llenarse de activos y vivir “colgado” dejando atrasar los pagos no te va a ayudar a lograrlo.

• Si estás a punto de adquirir un activo de gran valor (una casa o un vehículo) y debes pedir un préstamo, averigua muy bien cuál es el valor exacto de dinero que recibirás y el costo que tendrás que pagar después. Analiza si esa cifra te rentará bien cuando acabes de pagar el crédito o no compensa esa gran inversión que estás haciendo. Recuerda calcular impuestos, seguros, mantenimiento, gasolina, etc.
• Cultiva una visión a largo plazo y serás más prudente a la hora de gastar. Una recomendación es adquirir activos de largo plazo con deudas de largo plazo y activos de corto plazo con deudas de corto plazo.
• Sé prudente y ve adquiriendo las cosas que deseas de a poco, y no todas inmediatamente.
• Antes de embarcarte en un crédito mentalízate de que la compra de activos grandes requieren de periodos y cantidades de ahorro considerables.
• Intenta hacer producir tu patrimonio adquiriendo bienes productivos que te generen ingresos, y que a su vez te ayuden a solventar tus pasivos.
• Controla tus gastos y costos.
• Destina algún porcentaje del ingreso al ahorro, por pequeño que sea.
• No dejes todos los huevos en la misma canasta. Esto significa mantener una buena mezcla de inversiones con diferente nivel de riesgo, que te permita estar tranquilo si hay fluctuaciones en los rendimientos de determinado negocio.
• Mantente alerta a las señales del mercado y a las oportunidades de inversión, si necesitas asesoría financiera contáctanos y así te asesoraremos en la dinámica del mercado y lo que a ti te conviene.

• Entre los 18 y los 30 años: Es la época en la que se elige una carrera y se obtiene independencia financiera, por eso es posible que se adquieran créditos educativos que puedan pagarse con los primeros salarios. Es recomendable ahorrar para los años venideros, pues se estima que habrá mayores gastos.
• Entre los 30 y los 45: Se espera la conformación la familia y con ella gastos como vivienda, vehículo, hijos. Vale la pena cuidar el nivel de endeudamiento y mantener el ahorro como una forma de protegerse frente a eventualidades como el desempleo.
• Entre los 46 y los 55: Se calcula que es el periodo en el que se consolida la riqueza familiar y se sanean los activos pues finaliza el pago de créditos e hipotecas. Conviene seguir ahorrando.
• De los 56 en adelante: Si hay hijos, probablemente contarán con independencia financiera por lo que los gastos del hogar tienden a disminuir. En este punto es importante recalcar la importancia de realizar o mantener un plan de ahorro o inversiones que complemente la jubilación.

Cualquier decisión financiera que tomes influirá en tu patrimonio, por pequeña que sea, implica un costo de oportunidad, que es el valor que sacrificas por tomar una alternativa y renunciar a otra. Por ejemplo, si gastas dinero en un paquete de dulces cada día, después no podrás invertirlo en cualquier otra cosa.

Calcula tu patrimonio usando esta sencilla formula:

ACTIVOS (lo que tienes) – PASIVOS (lo que debes) = PATRIMONIO (lo tuyo)

Si después del cálculo, obtienes un resultado positivo, significa que tienes más de lo que debes y tienes un patrimonio sano. Sobra aclararte que entre mayor sea el valor de tus activos, tu patrimonio estará más sano.

Ahora, si quieres ahondar más en el cálculo de tu patrimonio, haz este ejercicio:

Analiza cuánto tienes y cuánto debes, descarga este cuadro y analiza tu patrimonio

¿Te gustó el resultado? ¿Quieres aumentar tu patrimonio? Junto profesionales financieros encontraremos la mejor manera de hacerlo juntos.